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Nuestro trío favorito ante la torre de Lárrede |
- Fecha: 12 de agosto de 2021.
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Integrantes: Roberto, Javier, Iñigo y un servidor.
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Horario: Decente (3:13h ver track).
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Km: 28,7.
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Desnivel: 585m.
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Dificultad: Difícil (25% senda - 61% pista - 14% carretera).
Ruta disfrutona y, aunque catalogada como difícil, no es ni técnica
ni físicamente muy complicada, salvo algún paso aislado en el
descenso.
Un trío de cuatro
Al de poco de comenzar, y aún perezosos, nos encontramos un enorme charco de profundidad incierta, que no amedrentó al del medio de los Abecia, y que cruzó no sin cierta dificultad. Claro, yo consciente de mi nivel de torpeza, no me lo pienso y me bajo “a lo cuco”, haciendo oídos sordos a las burlas.
Tras una pequeña cuesta, iniciamos
un descenso por sendero que nos lleva de manera agradable a las
inmediaciones de Oliván.
En
seguida llegamos al Pueblo de Oliván, que atravesamos por sus
calles, pasando al lado de la iglesia. Nos adentramos en una pista
que nos lleva al barranco de Oliván y... ¡premio! Nos encontramos
una poza al pie del puente que lo cruza. Gran descubrimiento que
aprovecharíamos al siguiente día para darnos un refrescón.
Continuamos camino de Susín y
comenzamos la subida principal de la ruta que nos llevará, en unos 7
kilómetros, al punto más alto de la ruta a 1210 m.
Es
en esta subida donde al de la izquierda de los Abecia le entra un
calentón y nos hace un demarraje en persecución de una pareja que
nos pasó como una exhalación.
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Ahí estoy yo, controlando al de la izquierda del trío |
Por fin llegamos al
final de la subida y nos
lanzamos a disfrutar los 4 km. del
sendero de bajada, confiando
en no tener que suspender las mini vacaciones por venirnos arriba
¡que ya no tenemos edad, hombre!
Foto
obligada en la torre de Larrede y finalizamos la bajada, para
meternos de lleno en el llaneo de la última parte de la jornada,
donde no sé si por el hambre o por la sed o por ninguna de las dos,
empieza un ritmo de caza hasta que el de la derecha de los Abecia
se saca un viejo truco de kkero zorro y pide un bidón de agua
cortando el “ritmito del diablo”.
Y llegamos, y sin más ni más, nos abandonamos a los placeres de la vida con unas buenas jarras de cerveza y una buena jamada.
¡Gracias al del medio, al de la derecha y al de la izquierda de los Abecia, por dejar que me inserte en el trío!
¡Larga vida a los tanques, pero de cerveza!
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